La Sociedad 2.0
19 octubre 2016
19 octubre 2016
Alberto Ramírez Martinell
@armartinell
Texto publicado en El Jarocho Cuántico,
suplemento cultural de La Jornada Veracruz,
el 6 de diciembre de 2015
Leamos —al menos en este contexto— al 2.0 no solo como un calificador de conceptos modernizados sino como un índice relativo a la conciencia colectiva de una comunidad que entiende a la colaboración como un valor social extendido; a las redes como medios de interacción; y a la simplificación de distancias entre los nodos de dichas redes como oportunidades de contacto. Si bien el 2.0 también tiene una connotación informática que alude a una mejora con respecto a una versión anterior; lo que buscamos plasmar en este texto es una reflexión sobre una sociedad que se informa, se comunica e interactúa en red.
En esta visión los intermediarios se reducen. Los extremos se acercan. La sociedad se activa. En un modelo tradicional, el lector va a una librería, elige un libro, lo paga y difícilmente se comunica con el autor y de igual manera el pago en su totalidad no le llega al autor quien solamente recibe un porcentaje de regalías. En una sociedad moderna, —en una sociedad 2.0— el lector sigue al autor en Twitter, se entera de las novedades editoriales, ve la aceptación que la comunicad tiene de la nueva obra y descarga el libro directamente del portal del autor o de un servicio de red al que tanto autor como lector pertenecen.
Entendamos que la sociedad 2.0 no reemplazará a la sociedad tradicional, pero si encontrará un espacio en el que ambos paradigmas sociales coexistirán; y la manera en que socializamos, consumimos, nos transportamos y hasta estudiamos contará con alternativas distintas a las que hasta ahora habíamos visto.
Socialización 2.0
Las plataformas digitales nos permiten establecer relaciones que antes se lograban solamente mediante el contacto físico o a través de medios de comunicación limitada como el teléfono. Las relaciones digitales que hoy en día podemos establecer, facilitan la creación de redes de interacción social y acceso a la información que nos permiten construir identidades digitales, participar activamente en la web y tender una extensión de interacciones sociales complementarias a las que tenemos de manera física. Si bien, la socialización 2.0 sucede en la web y se plasma en la pantalla no es exclusiva del contexto digital. Las interacciones tienen representaciones y repercusiones en el mundo físico. La plataforma informática solo habilita lo que realmente vale la pena: la participación de una comunidad.
Gracias a lo digital, la comunidad se extiende, trasciende y se suma. Se vuelve una masa con opiniones y con experiencias. Se vuelve influencia de si misma para la toma de decisiones. La masa informa. La masa asesora. La masa influye.
Entretenimiento 2.0
Con lo que respecta al consumo de medios eminentemente unidireccionales como la televisión o la radio, el movimiento de la colaboración, el acceso a contenido bajo demanda en tiempo real y la valoración de los programas por parte de la audiencia ha cimbrado a la industria y a las grandes casas productoras. Por un lado, la televisión tuvo que incorporar a los servicios de redes sociales como nuevos canales de interacción con el público, pero eso no es todo. También se ha visto en la necesidad de desligarse de horarios y de una barra programática para ofrecer acceso a un amplio catálogo de contenido que pueda ser visto en el momento que su audiencia lo desee. Servicios como Netflix, Claro Video, Crackle o Cinépolis Klic son cada vez más populares y poco a poco irán legitimándose en los hogares. El caso de la radio no es distinto. El carácter bajo demanda de servicios como Spotify o Apple Music encontrarán su lugar en la aceptación del público. Pero también merece mención la tendencia del contenido generado por los usuarios: Los youtubers que producen e interactúan en redes sociales con sus seguidores y sacan del modelo de producción a la televisora quien hace tan solo una década tenía todo el control del medio. Con el entretenimiento 2.0 consumidores y productores se acercan, interactúan e incluso intercambian roles.
Transporte 2.0
Compartir espacios en el auto para llevar a personas que se dirigen hacia el mismo destino que tu —sea como aventón o en tándem— o prestar tu coche para hacer un uso eficiente del transporte sin afectar el ya de por si complicado tráfico, parecieran actitudes solidarias propias de los buenos vecinos pero a su vez esporádicas e incluso riesgosas. No obstante, hoy en día existe una práctica emergente en este campo que mediante el uso de plataformas digitales, redes de comunicación y sistemas de cobro digital han transformado tecnológica y socialmente las costumbres de movilidad urbana.
Si bien el transporte 2.0 todavía no es ni común ni aceptado de forma genérica, si ha generado incertidumbre en el gremio de taxistas de diferentes ciudades del mundo.
En este tipo de transporte los pasajeros y choferes se conectan mediante un servicio de red que usa la geolocalización de ambos para acercarlos físicamente de manera eficiente. También recurre a un sistema de cobro digital que de igual forma simplifica la transacción económica y finalmente la masa —the crowd— hace uso de la voz para valorar el servicio del conductor, esto con la finalidad de que otros usuarios puedan elegir de manera informada su siguiente “ride”. El servicio digital de alquiler de choferes bajo demanda ha revolucionado el modelo tradicional del servicio de transporte, de forma que los taxis convencionales han tenido que recurrir a sistemas de comunicación similares –como las aplicaciones para teléfonos móviles Taxi Amigo de Radio Taxi GL o la app Taxi Xalapa– para su promoción y alquiler. A diferencia del servicio de taxi tradicional el transporte 2.0 —como Uber, Cabify, o Blablacar— es más cercano al destinatario final, más eficiente y –debido a las valoraciones sociales del servicio– más competitivo.
Escuela 2.0
De acuerdo a los contextos anteriores, en el campo académico la escuela 2.0 no ha llegado aún. En los casos de socialización, entretenimiento y transporte destacan varios puntos que describen un cambio de paradigma. Tal es el caso de la valoración del servicio por parte de la comunidad; el cambio de roles entre productor y consumidor; el servicio bajo demanda —lo que quiero y cuándo yo lo quiero— y el uso de redes de interacción social. Con esto en mente, la Educación 2.0 requeriría de un contexto abierto y flexible, en el que profesores y estudiantes formaran una comunidad comprometida y articulada por medios digitales, en la que parte de esa comunidad estudiara lo que quisieran y a su vez enseñara lo que sabe. La educación 2.0 necesitaría de un contexto de formación continua y permanente que no estuviera relacionada directamente con un establecimiento o un certificado pero que si contara con el aval y el reconocimiento de la sociedad, del sector público y del privado.
En el proceso de modernización de la educación han surgido proyectos que parecen atender al factor 2.0 de otros contextos, como son los casos de la Wikipedia, enciclopedia social que democratiza el conocimiento en la web; o los Cursos Masivos Abiertos y en Línea (MOOC) que pese a su carácter innovador todavía no encuentran un lugar en la educación tradicional.
El contexto educativo es un espacio que ha permanecido sin ser tocado desde hace muchos años. Las reformas educativas se orientan a lo laboral o en el mejor de los casos al equipamiento. Pero no existe un proyecto educativo sólido que responda a las tendencias del 2.0. Al igual que con el sindicato de taxistas la evolución del sistema educativo hacia los caminos que están siguiendo otras áreas de la sociedad será motivo de disputa. Una institución educativa sin malla curricular, con maestros provenientes de distintos contextos, sin créditos máximos o mínimos, sin títulos, sin espacio físico todavía es una utopía.
Comentario final
La masa —the crowd— es el asesor de la masa. Valora choferes, canciones, series de televisión, destinos turísticos y libros entre otras cosas. A través de su experiencia nos permite tomar decisiones socialmente informadas. Pero para que el sistema educativo se reforme y evolucione a un 2.0 no solamente se necesita cambiar a la escuela. La sociedad civil, el contexto público y el privado deberán estar listos para recibir gente con formaciones distintas, con diplomas o sin ellos. Y al mismo tiempo, nosotros, los individuos, la sociedad, deberá ser capaz de diferenciarse del resto, de recibir buenas valoraciones, de trabajar en red, de estudiar en red, de acceder a diversos MOOC, de construir la Wikipedia, de ser creadores —makers— de aprender permanentemente, de ser una sociedad 2.0.
Source: Blog HD
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